"Desde que se hizo comunista, se hizo espantosa porque es lo que pasa a todos los comunistas. Como tienen que andar de harapos para parecer que son muy pobres pues entonces se vuelven... feos."
– Lupe Marín hablando de Tina Modotti El shade de 1980.
Un día como hoy 17 de agosto de 1896, nació en Údine, Italia, Tina Modotti, fotógrafa, activista social, comunista de las Brigadas Internacionales, atendió a quienes huyeron de la represión franquista en la desbandá de Malaga y organizó la salida de refugiad@s; ella fue a México donde conoció a la artistas com Frida Kahlo, José Clemente Orozco, David Alfaro Siquieros, Diego Rivera, entra otros.
Tina Modotti, se convirtio en un referente de la fotografía mexicana del siglo XX. Reconocida por su capacidad de retratar el México de su época, también destacó como activista y luchadora social, se adhirió a la causa comunista en México como militante, y revolucionaria, fue compañera del intelectual cubano Julio Antonio Mella, hasta el día de la muerte de éste, cuando fue asesinado.
“Cada momento es efímero, pero justo ahí reside la magia de vivir.”
—
•
Pedacitodecielo
“Creo que para poder moverse en la vida, uno necesita, más que sistema nervioso, confianza.”
— Soledad Amena
“A veces nos topamos con personas que nos gustan. Sí, nos gustan mucho. Y no por el hecho de que nos gusten vamos a pensar en ellos como próximos amantes y nuevos novios. Simplemente nos gustan. Sí, nos gustan mucho. Y sí por ello vamos a pensar en ellos como aliados, o compinches, o colegas. ¿Por qué añadirle una etiqueta al futuro que desconocemos? Un socio, un amigo, un compañero… un algo. Puede que quizás en una semana como en dos meses… se convierta en otra cosa, tampoco voy a negarlo; pero puede también que se que se diluya, llevándose tras de sí, toda esa atracción primera, convertida en un mero número de teléfono y una copa de vino a medias. Simplemente nos gustan. Y sí, existen personas que me gustan, y mucho. No pienso en acostarme con ellas o prometerles un amor eterno. No, de momento. Tampoco confirmo ni desmiento que en un azar termine compartiendo unas sábanas y un grito mudo de placer contra una pared. No me aventuro a descifrar los porvenires. Me conformo con conocerles, evadirme, jugar y cortejarles. Vivirlos. Aprender de ellos. Conocer nuevas fórmulas, nuevos guiños y alguna que otra anécdota. Y me gustan. Me gustan mucho. Y me gustas. Me gustas mucho. Así que apresúrate, sígueme el juego y actúa como si me conocieras. No rompas esa magia. Sé mi nuevo confidente. Olvídate de las esperas.”
— Alejandra G Remón
A tu lado sentía que mi cuerpo tenía alma.
Luux
Arruino todo, incluso lo que quiero que salga bien.
Autor: Elvira Sastre
Vivimos en un jardín. Un jardín lleno de flores, estaciones y césped que crece en libertad. Aquí las florecitas son de todos los colores y sus raíces se conectan por debajo de la tierra sintiendo la brisa y la claridad por encima de ella. En el centro, un árbol frondoso recibe los cambios del tiempo, cumpliendo ciclos necesarios. Este abraza el verano, se vuelve anaranjado, recoge el frío y vuelve a florecer. Este movimiento es bueno porque ninguna flor crecerá en el mismo lugar, ningún nido estará en la misma rama y, ni siquiera la luz alumbrará igual. Pero, lo que siempre intentará permanecer será el árbol, el cual estará firme en el centro del jardín, enredándose en el tiempo y buscando el sol para seguir creciendo. Ese árbol es la vida, bien plantado en este jardín precioso, un lugar que hemos construido desde cero y que amamos porque nos ha dado mucho, sin pedir nada a cambio. Al que tenemos que regar a pesar de la temporada, y al que el mundo terrenal seguirá cambiando para recordarnos lo impermanente de las cosas. Un lugar que nos da la oportunidad más grande para ser felices, fluir, amarnos y ser vida.
Tú siempre me vas a doler, porqué tú siempre fuiste mi excepción.
-Pattinson_v
He pasado media vida muerta de miedo
por si perdía cosas que ahora ya ni recuerdo.
He dudado tanto que –aunque acertara– no era capaz de disfrutar.
De corteza insegura,
me creí débil, pequeña y reemplazable. Por no pisar a nadie
nunca me atreví a bailar.
Escribo esto
en orgulloso pasado complejo.
Una mañana cualquiera,
cambié las margaritas por el cara o cruz y me abrí en canal.
Resulta que soy fuerte.
Seguramente igual que antes, solo que ahora
sí que lo sé.
Patricia Benito