Read, reblog, and resonate!
"No habría hecho esta (carta) tan larga, pero no he tenido el tiempo de hacerla más corta."
("Je n'ai fait celle-ci plus longue que parce que je n'ai pas eu le loisir de la faire plus courte").
Blaise Pascal.
Cartas Provinciales: Carta XVI, 1657.
La estatua, hecha por Augustin Pajou en 1785, se encuentra en el museo del Louvre.
Someto a la aprobación de la sociedad virtual internauta esta técnica con una historia de 200 palabras que he llamado provisionalmente:
Cálido carmesí manantío oscureciéndose coagulante con el viento en las nasales comisuras respiradoras de su díscolo dueño que avizora el cielo recostado en un incómodo y grande parche de duro pastizal donde azarosos nutrientes del valle se delegaron hasta hacer que casi doble la altura media de sus hermanas vegetales en el campo escarchado en que la lluvia ligera que llena al apreciado pozo profundo y se une al fluvial de veranos perecederos en arroyada intersecular da paso a copos de nieve que se posan en formas diferentes por la abrumadora suerte de no acercarse al chimenezco humo de pino combustible para fundirse en gotas pasajeras precipitadas hacia los techos fusteros de hogares modestos y amplios salones petropilastrados de entabladas superficies deslizándose hasta el suelo decadente de las calles entre el asentamiento abrazado por cordilleras boscosas repletas de espíritus de difícil apaciguamiento y bestias malhumoradas que ahuyentan a los más temerarios de sus despreciados cohabitantes humanos conflictivos infectados de vileza ejercitada en actos como aquel ambicioso reto enemistado contra el rey entre un círculo de gente hasta llegar al momento en que la vena perforada en cartílago roto por un nudillo extraño y un hueso propio cierra dejando de liberarlo.
Invisible lámpara del mundo que se alumbra mientras flota en tinieblas y deslumbra al descansar párpados y piernas. Escuchar le ciega, ver le ensordece. El adiós lo vuelve perpetuo y el hola, caduco. Es lo que debería ser: ilusiones que emanan de la miseria y se elevan por encima en la abundancia; sentimientos que se amortiguan entre sí. Se vuelve irónico en la ironía y por la vanidad; racional en la razón y por la locura. Es solo entre semejantes y por los otros; noble en lo ideal y por su voluntad; bestia en lo bestial y por la agonía.
Gastón R. Fernández G.
Por su energía que lo alimenta, el viento descansa sobre sí, sólido, resistente.
Conoce mal la noche.
Sabemos que engaña.
Sube por lo favorito sin lo elemental.
Está en mala forma. Se ahoga mientras especula sus lecturas. Se atraganta con preguntas fofas. Se tutea con lo aparente y le deja su tutela. Le enseña su mano queriendo ofrecer lo puro, pero no nota que tiene carbón y ceniza, y el silbante viento le deja sin nada que le ayude a saber que existe.
Busca la vía que mantenga animado el cuerpo.
De su mundo muerto, la pesadilla cuida que esté despierto.
Se vuelve paranoico, atrapado entre placas de titanio indestructibles, irradiando ansias e incapaz de ver los lados.
De ahí el temor, la ira, la pesadilla, el delirio, la inutilidad.
No puede quedarse dormido: he ahí su debilidad.
Rompe el lucero nocturno y el crepúsculo del día.
Decía que los sentía, pero no sabía que los decía mal.
Así conoce: sorteando la verdad.
Por solo pensar de noche sin conocerla en realidad.
Se asfixia y enemista con su muerte.
Le sofoca la destreza que cree tener a oscuras,
pues solo ve certeza en las tinieblas taciturnas,
donde vive y se entrega a su suerte
con negligente fortaleza que aparenta.
Entre las risas y el regocijo de su fábula fue quedando solo, y por su afán de divertirse se hizo uno con la nada.
No con calma, no con harta.
No se cansa, no se aguada.
Se queda pobre en su fantasía.
Roba caras, roces y nalgas.
Toma tantas voces e infamia.
Por dentro grita, envejece y calla.
Suma de afectos,
suma de alcoholes,
destilo de derroche y despilfarro.
El límite lo tuerce y se retuerce abandonado.
Pasa helado por favores del demonio noche,
al que parece con un roce, el alma haber donado.
No recibe nada a cambio, y en la mirada cabizbajo, fuere lo que fuere, con el sol se inmoviliza.
Tira de colores,
de sabores y de miedos por montones,
objetos que encuentra en su camino,
del gatillo que aniquila los sueños y el destino.
Dime tus momentos de maldad que yo invado con los míos.
Alimento reptiles y los hago mineral, con lo demás, fríos.
Gran sombra, terminas con el resplandor que suspira el alba,
te alimentas del alma y tu espíritu es desconocido.
Callas mientras te consumen.
Eres juez y verdugo de lo que sucede en el día.
Gastón R. Fernández G.
sometimes i like to imagine i'm some side character of a random fantasy story, with short white hair and all the courage and cleverness i lack.
it's nice, it only hurts when that fantasy needs to give room to the real deal. but it's better than being always in this reality, constantly afraid.
Eu pensava que precisava entender o que essa confusão em minha mente significa. Nunca a achei justa em acontecer ao me lembrar daqueles dias, como se eu não pudesse bem apontar o que exatamente estava me deixando assim e porque, pois “era só um fim”. Mas a atmosfera- o ambiente pesado, o olhar caído naqueles rostos normalmente tão felizes e tranquilos- passava um recado além de tentativas de compreensão, um consenso: foi o fim, sem retornos dessa vez.
Sinto a sua falta.
A garota dos olhos dourados cruzava a casa distraidamente em direção à pequena mas densa biblioteca. Ali, sentia os livros a observarem intensamente, curiosos. Sabiam que ela não estava presente, que após a tarde com Sr. Richard ela navegava em outro mundo, ávida por respostas. Seu barco não era mais que uma canoa, mas sua velocidade era como a de um grande navio. E esperava naqueles livros um compasso para se direcionar.
Olho pras minhas mãos e vejo o instrumento para as maiores decepções. Olho para as minhas coisas e penso por que eu tenho essa vida, se há tantos lá fora que as merecem mais que eu. Olho para meus pais e imagino se existe alguém mais grato que eu, por tê-los, e alguém mais apavorado por sempre decepciona-los. Responsabilidade. Pro atividade . A relação? tudo que eu não tenho. Confiança, sucesso, amor próprio. Tudo que sempre invejei nas outras pessoas. Bondade, amor, inteligência. Vejo tanta beleza no mundo, mas nada disso em mim. Vejo nada disso em mim. Aqui, há ingratidão. Imaturidade. Irresponsabilidade. Decepção. Decepção. Decepção. Decepção. Decepção. Como o monstro debaixo da sua cama, que na verdade se aloja em seu coração, em sua alma. Lentamente, consome. Consome tudo. Consome sua animação, sua energia, seu sorriso, sua calma. Ansiedade. Frustração. Estresse. Sobraram os ossos, dentes. O Vazio. Túmulo.
E morreu de tristeza.
Tercera noche - Kenia Os
“A veces nos topamos con personas que nos gustan. Sí, nos gustan mucho. Y no por el hecho de que nos gusten vamos a pensar en ellos como próximos amantes y nuevos novios. Simplemente nos gustan. Sí, nos gustan mucho. Y sí por ello vamos a pensar en ellos como aliados, o compinches, o colegas. ¿Por qué añadirle una etiqueta al futuro que desconocemos? Un socio, un amigo, un compañero… un algo. Puede que quizás en una semana como en dos meses… se convierta en otra cosa, tampoco voy a negarlo; pero puede también que se que se diluya, llevándose tras de sí, toda esa atracción primera, convertida en un mero número de teléfono y una copa de vino a medias. Simplemente nos gustan. Y sí, existen personas que me gustan, y mucho. No pienso en acostarme con ellas o prometerles un amor eterno. No, de momento. Tampoco confirmo ni desmiento que en un azar termine compartiendo unas sábanas y un grito mudo de placer contra una pared. No me aventuro a descifrar los porvenires. Me conformo con conocerles, evadirme, jugar y cortejarles. Vivirlos. Aprender de ellos. Conocer nuevas fórmulas, nuevos guiños y alguna que otra anécdota. Y me gustan. Me gustan mucho. Y me gustas. Me gustas mucho. Así que apresúrate, sígueme el juego y actúa como si me conocieras. No rompas esa magia. Sé mi nuevo confidente. Olvídate de las esperas.”
— Alejandra G Remón