siempre hay algo de ti en todo lo que hago
A veces siento que no soy lo suficientemente buena para ser humana. La existencia misma se me hace complicada, pero no me mal entiendas, no deseo morir, me veo en la tierra. Soy raíz y me aferro a la vida, con ecos de nostalgia caminando entre terrenos de ausencias. Así asumo que la vida es dolor.
pero no desisto.
…No me canso nunca de transmigrar.
Desde el amanecer, me instalo en algún eucalipto a respirar la brisa de la mañana. Duermo una siesta mineral, dentro de la primera piedra que hallo en mi camino, y antes de anochecer ya estoy pensando la noche y las chimeneas con un espíritu de gato.
¡Qué delicia la de metamorfosearse en abejorro, la de sorber el polen de las rosas! ¡Qué voluptuosidad la de ser tierra, la de sentirse penetrado de tubérculos, de raíces, de una vida latente que nos fecunda… y nos hace cosquillas!
(…) A mí me gusta meterme en las vidas ajenas, vivir todas sus secreciones, todas sus esperanzas, sus buenos y sus malos humores.
Por eso a mí me gusta rumiar la pampa y el crepúsculo personificado en una vaca, sentir la gravitación y los ramajes con un cerebro de nuez o de castaña, arrodillarme en pleno campo, para cantarle con una voz de sapo a las estrellas.
¡Ah, el encanto de haber sido camello, zanahoria, manzana, y la satisfacción de comprender, a fondo, la pereza de los remansos…. y de los camaleones!…
(…) Cuando la vida es demasiado humana —¡únicamente humana!— el mecanismo de pensar ¿no resulta una enfermedad más larga y más aburrida que cualquier otra?
Yo, al menos, tengo la certidumbre que no hubiera podido soportarla sin esa aptitud de evasión, que me permite trasladarme adonde yo no estoy: ser hormiga, jirafa, poner un huevo, y lo que es más importante aún, encontrarme conmigo mismo en el momento en que me había olvidado, casi completamente, de mi propia existencia.
Extraído de “Espantapájaros” (1932) Oliverio Girondo
"Como un rascacielos que cae, así me derrumbo a veces".
Alexander Alay.
Arruino todo, incluso lo que quiero que salga bien.
La calma del mar, la soledad del tiempo entre los pensamientos y el corazón, la belleza de la inmensidad...
El lenguaje silencioso engendra fuego. El silencio se propaga, el silencio es fuego.
Era preciso decir acerca del agua o simplemente apenas nombrarla, de modo de atraerse la palabra agua para que apague las llamas del silencio.
Porque no cantó, su sombra canta. Donde una vez sus ojos hechizaron mi infancia, el silencio al rojo rueda como un sol.
En el corazón de la palabra lo alcanzaron; y yo no puedo narrar el espacio ausente creado por sus ojos.
Alejandra Pizarnik De «El infierno musical» (1971)
Imagen: Candid Lang
"Sentí que me miraba con amor, un amor que seguramente me inventé yo".
-Mario Benedetti
“La incertidumbre controla mi mente.”
Milky Chance - Stolen Dance
“Es terrible vivir con miedo, mi vida. ¿Y sabes qué es lo más triste de todo? Acostumbrarse.”
— Días sin ti; Elvira Sastre.
Conocer nuestra esencia es conocer también algo del universo, por eso el poema nos conecta con el dios que cada uno somos.